Buscar información, sistematizarla y presentar los resultados es una tarea tradicional del investigador. Pero las empresas no tienen demasiado tiempo para el análisis de esos datos. Necesitan de una interpretación en pro del ahorro de tiempo y de un rápido accionar. Esperan del investigador esa interpretación en términos de conclusiones y recomendaciones prácticas.
Si a esa recomendación se la debe convertir en un plan de acción (nueva marca, nuevo producto, eje de comunicación para una campaña, etc) ¿cómo saber si la decisión será la correcta? El segundo paso entonces será el test. Instancia de investigación en la cual a partir de prototipos, esquemas o imágenes se busca validar la idea surgida de la anterior etapa.
Pero los tiempos son cada vez menores. ¿Por qué no hacer las dos etapas en una sola? De allí que la investigación se ha unido al diseño para crear metodologías ágiles que permiten en un solo paso investigar al mismo tiempo que diseñar y validar una idea o solución. El Design Thinking es una herramienta para investigar, interpretar (modelar) y diseñar (testear), por lo que la empresa en poco tiempo obtiene productos, servicios y experiencias validadas y fundamentadas en las motivaciones del target.
Las empresas necesitan más certezas, una metodología integrada como el Insights 360°.